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Normalmente me encuentro con clientes que quieren tener una web para simplemente tener presencia. Pero no se dan cuenta que con eso no basta.

Generamos una nueva web, normalmente un esfuerzo económico bastante duro para muchas empresas y luego eso se queda en nada.

Durante los primeros días se disparan las analíticas, entran varias veces al día familia y amigos.

Pasados los días de euforia, todo vuelve a la normalidad, abstraídos en su propio trabajo, esa web se queda olvidada, muerta.

En los casos mas favorables han enlazado un facebook que esta tan muerto como la página.

Quizás hace unos años esto fuera suficiente, incluso años atrás era síntoma de innovación, el tener una web estática para que si alguien buscaba viera que existían y los servicios que ofrecían.

Y yo, que me dedico a este mundo, veo la realidad de una “web” activa, un mundo que se mueve constantemente; y a la vez veo este otro mundo paralelo donde empresas que no han tenido contacto con el mundo online, aun les basta esta opción anterior.

Pues no, señores, ya no vale. La gente busca movimiento detrás de una web, buscamos personas diciéndonos que hay vida detrás, que hay una manera de hacer las cosas según esa empresa.

Renovarse o morir

Estamos abocados al fracaso si no entramos en esta nueva mentalidad. Las nuevas generaciones que ya compran, los millenials, no les sirve encontrar una web sin vida, sin movimiento, por muy bien hecha que este con las nuevas tecnologías, si después no le das visibilidad no va a servir para nada el dedicar tiempo y esfuerzo a decidir que quieres que se sepa de tu empresa.

¿Que opinas de eso? ¿Te encuentras con estas situaciones?